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Las Resonancias de Schumann son una serie de picos en el espectro de frecuencias del campo electromagnético terrestre, que se forman en la cavidad entre la superficie terrestre y la ionosfera. Nombradas en honor a Winfried Otto Schumann, quien predijo su existencia en 1952, estas resonancias fueron inicialmente observadas por Nikola Tesla y luego estudiadas por Schumann junto con H.L. König.
Cavidad Resonante: La Tierra y la ionosfera crean una cavidad cerrada donde las ondas electromagnéticas se reflejan repetidamente, generando patrones de onda estacionaria conocidos como Resonancias de Schumann cuando las ondas se suman constructivamente.
Frecuencias: Las frecuencias de estas resonancias son extremadamente bajas, oscilando entre aproximadamente 7.83 Hz (primer armónico) y 33.8 Hz (quinto armónico). La frecuencia más notable es 7.83 Hz, denominada "frecuencia fundamental".
Origen de las Ondas: Las Resonancias de Schumann son principalmente excitadas por la actividad de los relámpagos en la cavidad resonante. Miles de tormentas eléctricas en todo el mundo generan pulsos electromagnéticos que se propagan globalmente y se observan como estas resonancias.
Importancia y Aplicaciones: Estas resonancias tienen implicaciones significativas en la investigación atmosférica, especialmente en el estudio de la conductividad eléctrica de la ionosfera y la troposfera. Además, se han explorado hipótesis sobre posibles correlaciones entre las Resonancias de Schumann y el funcionamiento del cerebro humano, aunque este campo requiere más investigación científica para ser confirmado.
Variabilidad: Aunque generalmente estables, las frecuencias de las Resonancias de Schumann pueden variar ligeramente debido a cambios estacionales en la ionosfera, actividad solar y propiedades atmosféricas.
En conclusión, las Resonancias de Schumann son una manifestación intrigante de las propiedades electromagnéticas de la Tierra. Aunque su estudio es técnico, abarca áreas de gran interés en la ciencia, meteorología y potencialmente en la salud humana y el bienestar.
Vivimos en una era donde la presencia omnipresente del campo magnético terrestre, complementada por fenómenos naturales como rocas magnéticas y corrientes telúricas, juega un papel fundamental en nuestra salud y bienestar. Estos campos magnéticos naturales, que han envuelto la vida en la Tierra desde sus inicios, son cruciales para mantener el equilibrio biológico y energético necesario para la vida. Sin embargo, la revolución tecnológica y la urbanización han introducido una nueva dimensión a nuestro entorno electromagnético: los campos magnéticos artificiales.
La vida en nuestro planeta ha coevolucionado con un sinfín de influencias ambientales, entre ellas, los campos magnéticos. El campo magnético terrestre, las resonancias de Schumann y las corrientes telúricas constituyen componentes fundamentales de este entorno magnético natural. Estos fenómenos no solo han sido constantes a lo largo de la evolución de todas las formas de vida, desde los seres humanos hasta los animales y las plantas, sino que también desempeñan roles críticos en el mantenimiento de la salud y el bienestar general.
En muchos aspectos, la terapia PEMF no es tan diferente de la estimulación eléctrica. La principal diferencia es que la terapia PEMF induce corrientes en los tejidos, mientras que la estimulación eléctrica aplica corrientes a los tejidos. Dado que la terapia PEMF utiliza campos magnéticos como mecanismo de administración de la estimulación (a diferencia de la corriente eléctrica), puede generar cargas mucho más profundas en el cuerpo. Además, es más segura y mucho más tolerable.